INGREDIENTES
- 500 gr. de sangre de pollo
- 4 cebollas grandes
- Un puñado de piñones
- Orégano
- Aceite
- Sal
PREPARACION
- Pelar y cortar la cebolla a cuadraditos
pequeños o en juliana.
- Poner en una sartén medio vaso de
aceite, echar la cebolla y la sal e ir pochándola a fuego lento.
- Mientras se va haciendo la cebolla, apretáis
la sangre con las manos para que suelte el agua y se va desmenuzando.
- Mover la cebolla a menudo y
cuando veáis que empieza a ponerse transparente añadir la sangre y los piñones
y seguir friendo todo junto, veréis que la sangre se va oscureciendo; probar de
sal y si la veis algo seca añadir un poco de aceite.
- Cuando esté prácticamente terminada
le ponéis orégano a vuestro gusto y le dais unas vueltas.
Esta receta me la dio mi amiga Pepita. Un día la hizo y yo me resistía
a comer sangre, entonces me preguntó, ¿a
ti te gustan las morcillas?. Sí -le dije-. Pues entonces déjate de tonterías y
a comer, veras como te gusta. Y así fue. ¡Qué cosa más rica!.
Se parece a las morcillas porque tienen
ingredientes comunes.
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